miércoles, 19 de junio de 2013

La edad de oro


Un amigo mío,  Joshua, sale con mujeres o “niñas” mucho más jóvenes que él, al parecer tiene su encanto con ellas porque siempre le funciona cuando quiere atraer alguna, Joshua tiene 28 y ellas apeas rebasan los 18 en muchos casos son menores de edad ¿Cómo es eso posible?  Él dice que no le cuesta trabajo que una adolescente acepte salir con él, “se emocionan porque soy más grande”.

Hace apenas dos semanas venía en el metrobus hacia Buenavista, delante de mi asiento venía un señor de unos 60 años sentado con una jovencita que aparentaba no más de 19, primero pensé que era su abuelo pero cuando los vi besarse en la boca frente a mi me quede sorprendida, ambos disimulaban pero era obvio que eran una pareja. No lo podía creer sin embargo me detuve un momento a pensar que hoy en día las mujeres no se quedan atrás en este tipo de relaciones, las llamadas cougar están muy de moda esto debido a que hoy, según los especialistas, la relajación de las convenciones en las relaciones de pareja se ve tanto en la edad, como en la raza, la religión y el estatus económico; así que al parecer hoy en día mujeres y hombres estamos en el mismo canal, pero esto no es de reciente tiempo, poco a poco las mujeres hemos ido postergando la edad para casarnos mientras los hombres simplemente nunca han abandonado ese habito de unirse a mujeres jóvenes.
Un estudio realizado en Estados Unidos en el año 2006 con parejas formadas por mujeres 10 años mayor que los hombres reveló que la diferencia de edad les importa más a los demás que a ellos, a una mujer le gusta la vitalidad que el hombre joven trae a su vida y a ellos les gusta la madurez y la confianza de la mujer mayor, aunque es un hecho que la diferencia generacional puede facilitar una infidelidad, lo cual me lleva a la siguiente cuestión en la que me pregunto ¿Qué pasa si no funciona?.
Cuando cumplí 20 años comencé a salir con Julio un hombre que me llevaba 10 años, yo no me alarmé por la diferencia de edad por el contrario me enamoré, fue fácil hacerlo ya que él lo facilitaba mucho, pasaba el día entero mandándome mensajes de texto halagadores, me sorprendía en mi trabajo, en la universidad, me mandaba flores, era el hombre más detallista que había conocido, así que pronto quedé prendada de él, estaba muy contenta, compartíamos todo, salíamos a bailar, íbamos a cenar, al parecer éramos muy compatibles y la edad era solo un número, sin embargo después de un año él comenzó a enfriar la relación, se volvió distante, me dejaba plantada, no me llamaba, tampoco me contestaba el teléfono, había veces que me decía que yo no entendía porque éramos de generaciones diferentes, finalmente descubrí que me estaba siendo infiel con otra mujer, una mayor que él, fue uno de los más grandes sufrimientos de mi vida, me desilusioné mucho y a raíz de eso me cuesta mucho trabajo confiar en los hombres. 




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