Un amigo mío, Joshua,
sale con mujeres o “niñas” mucho más jóvenes que él, al parecer tiene su
encanto con ellas porque siempre le funciona cuando quiere atraer alguna,
Joshua tiene 28 y ellas apeas rebasan los 18 en muchos casos son menores de
edad ¿Cómo es eso posible? Él dice que
no le cuesta trabajo que una adolescente acepte salir con él, “se emocionan porque soy más grande”.
Hace apenas dos semanas venía en el metrobus hacia
Buenavista, delante de mi asiento venía un señor de unos 60 años sentado con
una jovencita que aparentaba no más de 19, primero pensé que era su abuelo pero
cuando los vi besarse en la boca frente a mi me quede sorprendida, ambos
disimulaban pero era obvio que eran una pareja. No lo podía creer sin embargo
me detuve un momento a pensar que hoy en día las mujeres no se quedan atrás en
este tipo de relaciones, las llamadas cougar están muy de moda esto debido a que
hoy, según los especialistas, la relajación de las convenciones en las
relaciones de pareja se ve tanto en la edad, como en la raza, la religión y el
estatus económico; así que al parecer hoy en día mujeres y hombres estamos en
el mismo canal, pero esto no es de reciente tiempo, poco a poco las mujeres
hemos ido postergando la edad para casarnos mientras los hombres simplemente
nunca han abandonado ese habito de unirse a mujeres jóvenes.
Un estudio realizado en Estados Unidos en el año 2006 con
parejas formadas por mujeres 10 años mayor que los hombres reveló que la
diferencia de edad les importa más a los demás que a ellos, a una mujer le
gusta la vitalidad que el hombre joven trae a su vida y a ellos les gusta la
madurez y la confianza de la mujer mayor, aunque es un hecho que la diferencia
generacional puede facilitar una infidelidad, lo cual me lleva a la siguiente
cuestión en la que me pregunto ¿Qué pasa si no funciona?.
Cuando cumplí 20 años comencé a salir con Julio un hombre que
me llevaba 10 años, yo no me alarmé por la diferencia de edad por el contrario
me enamoré, fue fácil hacerlo ya que él lo facilitaba mucho, pasaba el día
entero mandándome mensajes de texto halagadores, me sorprendía en mi trabajo,
en la universidad, me mandaba flores, era el hombre más detallista que había
conocido, así que pronto quedé prendada de él, estaba muy contenta,
compartíamos todo, salíamos a bailar, íbamos a cenar, al parecer éramos muy
compatibles y la edad era solo un número, sin embargo después de un año él
comenzó a enfriar la relación, se volvió distante, me dejaba plantada, no me
llamaba, tampoco me contestaba el teléfono, había veces que me decía que yo no
entendía porque éramos de generaciones diferentes, finalmente descubrí que me
estaba siendo infiel con otra mujer, una mayor que él, fue uno de los más
grandes sufrimientos de mi vida, me desilusioné mucho y a raíz de eso me cuesta
mucho trabajo confiar en los hombres.